Encontrar la identidad nativa del Bonsai en Argentina.

Iniciarse en la práctica del Bonsai es como un viaje hacia un mundo algo desconocido del que parecemos ajenos, mas aún en estos tiempos que corren donde la rutina produce una profunda sensación de encierro dentro del sistema de vida.
A medida que uno avanza en el sendero se empieza a tomar conciencia del reino vegetal, el cual está formado de seres vivos, a quienes les debemos la vida en este planeta.
La vía del Bonsai permite entrar en contacto con ese mundo de la naturaleza y llegado a este punto, comienzan a producirse cambios en nuestro interior por muchas razones, producto de la relación "Hombre-Árbol".

Hace ya varios años que inicié este viaje en la práctica del Bonsai y cuanto mas se aprende, surgen más preguntas y más experiencias por vivir y con el paso de los años resulta que nuestros bonsai son la excusa para re-descubrirnos.Pasaron ya 10 años en que nació este concepto llamado "bonsai pampeano" con el objetivo de comenzar a fusionar la aplicación de las técnicas del Bonsai con las especies nativas, especialmente de la Ecoregión Pampeana. Y así tratar de incentivar a todos los bonsaistas argentinos a que se sumen en esta iniciativa en todos los rincones del país. Acompañando a quienes en silencio trabajan en difundir, proteger y reproducir a nuestras especies nativas. Un desafío más en el viaje del bonsaista a través del mundo de la naturaleza.

domingo, 24 de diciembre de 2023

SAJUNA, el Jacaranda.


Para cualquier persona que practica el Arte del Bonsai Geijutsu como vía de superación personal, ver florecer a su Bonsai, es un premio a la dedicación, al esfuerzo, a los cuidados y a la paciencia, entre otras virtudes. Las cuales representan el vínculo entre el ser humano y el ser vegetal. Según entiendo, una de las más maravillosas experiencias que la jardinería puede ofrecer. 

La flor con el último aliento de la temporada.


El día 9 de Diciembre de 2023 ha sido en lo personal una fecha que marca un sueño cumplido. Quienes han intentado aplicar las técnicas del Bonsai a una especie como el Jacarandá, seguramente anhelan ese momento de verlo florecer. 

Desde ya que cualquier Bonsai que florece es motivo de satisfacción, más aún todavía, si llegara a dar frutos. Se siente que se cumple con la finalidad del ciclo de vida de la especie. 

Pero en el caso del Jacarandá no es tarea fácil, por las características de desarrollo que posee y que vamos a analizar en esta nota.
Es un árbol que puede llegar a una altura de más de 15 mts. porque vive en la selva pedemontana de la ecorregión de las Yungas (del quechua yunka que significa "valle cálido"). Tiene una importante dominancia apical. Sus hojas son compuestas y pueden tener más de 40cm de largo. Con estos datos ya se puede intuir que miniaturizar un Jacarandá no será tarea sencilla. A esto debemos sumar que la ramificación no es densa  ni mucho menos compacta, y que las flores salen en las puntas de las mismas. 

Para el caso del ejemplar que nos convoca en esta ocasión especial, fui pensando en un tipo de estrategia de diseño teniendo en  cuenta estas conductas naturales comentadas anteriormente. Este árbol llega a mis manos con 2 años de cultivo, hecho de semilla en 2006. En aquel momento no sabía cómo sería la experiencia de cultivarlo, pero si tenía claro que debería podar poco si quería tener chances de que pueda florecer. Por eso no le hice ninguna foto , era un pequeño plantin y no representaba mas que un lejano ideal futuro. Allá por el año 2013 lo pasé a la tierra para que engorde un poco el tronco por unos 4 años aproximadamente. Posteriormente lo pasé a una maceta de entrenamiento hasta que  desde hace unos 5 años ya viene siendo cultivado en la maceta actual. En este largo periodo de tiempo fue surgiendo la idea de realizar un diseño alargado con ramas en la parte superior del tronco. Algo parecido al estilo Bunjin japonés, aunque muy liberado en cuanto a reglas de diseño clásicas orientales.  Y desde ya poca poda.  

Año 2021
Imagen del año 2021.

Se fueron 15 años para llegar a Noviembre de 2023 cuando tres de sus   cinco ramas comenzaron a florecer, pero a los pocos días se fueron desvaneciendo, tal vez a causa del transplante que viene necesitando. 
Sin embargo, la rama más pequeña tomó la posta y "se decidió" finalmente a intentar florecer. 
Caprichos de la naturaleza, sólo una flor para la foto.

La flor del Jacarandá es una inflorescencia racimosa compuesta de racimos que van decreciendo de tamaño hacia el ápice. Transcurrieron unos 10 días y la inflorescencia perdió los pimpollos, excepto por uno que siguió su desarrollo para florecer por primera vez. Al ser una bignoniácea, como los Lapachos (ex Tabebuia) cada flor tiene esa típica forma de trompeta característica. Acá en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores hace dos periodos de floración, uno en Noviembre y otro con menos intensidad en Marzo. 




A los dos días de haber abierto, la flor finalmente se cayó. 
Lo que viene de aquí en adelante será un transplanté a una nueva maceta con la intención de que en la próxima primavera 2024 tenga una floración más abundante y por más tiempo. ¿Podría darnos una sorpresa en Marzo proximo cuando termine este verano 2024...? No lo sé, ya veremos...






Si...llevó mucho tiempo, pero este Jacarandá hecho de semilla ya ha madurado y crecido, ha comenzado una nueva etapa. A partir de ahora en cada Noviembre florecerá para dar sus frutos. Sus células ya lo saben, han llegado al desarrollo necesario para conseguirlo. Y para completar esta consagración "vegetal", llegó el momento de darle un nombre. Bien merecido lo tiene.







Se llamará SAJUNA
 que significa violeta
en lengua aymara. 
De esta manera SAJUNA es el primer ejemplar de Bonsai Pampeano con nombre propio. 
Antes de finalizar esta entrada del blog van algunas consideraciones. No tengo establecida una metodología para recomendar aún, no es la idea de la presente nota. Pero seguramente teniendo en cuenta estas pautas que se mencionan más arriba, sea posible llegar a ver con flores a un Bonsai de Jacarandá. Tampoco se encuentra información al respecto, ni siquiera es común ver Bonsais de Jacarandá florecidos. Quedaría hacer la prueba de acodar alguna rama en flor de algún Jacarandá que esté plantado en el suelo.
O también se podría probar con técnica de injerto, tal vez, son posibilidades que habría que probar. 
Por el momento, el objetivo de estas líneas es que SAJUNA sea un insprirador para que se motiven a cultivar a este árbol Jacarandá tan particular y poco difundido como Bonsai. La delicadeza y belleza de su floración lo merecen.




 







sábado, 24 de diciembre de 2022

Los Molles de Punta Rasa.

 

 

La Reserva Natural de Punta Rasa se encuentra en la localidad de San Clemente del Tuyú, Pdo.de La Costa, Pcia. de Buenos Aires, Argentina. Después de varios viajes por aquel lugar,se puede observar en gran parte de la zona de la reserva y en los alrededores de ésta, la presencia de manchones o pequeñas formaciones boscosas de un árbol nativo de la eco-región pampeana.

Desde Bonsai Pampeano se busca, a través del Bonsai,  poder difundir y dar a conocer  los árboles autóctonos de la eco-región Pampeana. También de otras regiones argentinas, por supuesto. Aunque todavía la mayoría de las personas que viven en la llanura de la eco región pampeana ,suelen pensar que no hay árboles en esta región o simplemente los desconocen.

 Justamente es el caso de el SCHINUS LONGIFOLIUS, el único "Molle bonaerense y pampeano", no hay otro en esta región. Se le llama comúnmente Molle, Incienso pero también le dicen "Molle Rastrero".

Resulta que saliendo de la ciudad de San Clemente, rumbo a la reserva, se entra en el camino que atraviesa  al Cabo San Antonio. Al momento de dejar atrás las ultimas calles de concreto y asfalto, el camino se hace de arena y conchilla y conduce hacia varios lugares: La Reserva Natural Punta Rasa y al Faro San Antonio, entre otros.

A los costados de este camino aparecen los primeros grupos de Molles de una altura de entre 5 y 6 metros.

Curiosamente, al internarse dentro de la reserva en el cabo San Antonio, uno se va aproximando al extremo norte de la reserva y los Molles se van achicando en altura hasta formar un aspecto de árbol rastrero ya en la últimas dunas con vegetación próxima a la costa de la Punta Rasa misma.






 

Es interesante y no menos curioso, el hecho de que los Molles son los únicos aboles nativos que se encuentran en la reserva, no están acompañados por ningún Tala, Coronillo o cualquier otra especie típica de este ambiente, como se puede observar en los alrededores del Faro San Antonio. En estas tierras medanosas y barrosas, los Molles de Punta Rasa toman formas por demás interesantes para el ojo del bonsaista. Es una especie muy plástica y resistente a climas rigurosos. Algo que se distingue en las nubes que forman sus copas en los ejemplares de mas altura. 

Estos Molles son inspiradores y revelan los posibles diseños, conductas y comportamientos para cultivarlos en bandejas.Muchas veces sucede que es difícil encontrar arboles nativos en estado conservado, lo que permite verificar sus siluetas, formas, contornos y demás características posibles de la especie que se trate. Al no poder encontrar ejemplares autóctonos en su estado natural, se complica el hecho de poder realizar un Bonsai autóctono en armonía genuina. Esto pasa con muchas especies:  Sarandí , Blanquillo, Quebrachillo, Tembetarí o Espina de Bañado, por nombrar algunas.

Afortunadamente no es el caso de los Molles de Punta Rasa. Allí están desde mucho tiempo, esperando ser reconocidos y revalorizados, junto a las demás especies nativas de la Reserva Natural Punta Rasa.  


Desde este pequeño espacio dentro del vasto mundo de la web, Bonsai Pampeano intenta despertar la curiosidad del pueblo de San Clemente que tanto lucha por resguardar a su querida y hermosa Reserva Natural Punta Rasa, para conocer, distinguir, valorar y proteger a estos Molles tan nativos como el barro mismo de la reserva. Incluirlos como un factor de interés adicional dentro de la oferta de ecoturismo, hecho que desafortunadamente todavía no está pasando.

 




Es verdad la frase que dice "no se ama lo que no se conoce", por ello es el motivo de estas líneas que ojalá sirvan de gatillo inspirador para resaltar a los bellos Molles de Punta Rasa.

martes, 21 de septiembre de 2021

MARCELINA SERROT. LA TRASCENDENCIA*.

Intentar adentrarse en la historia del Bonsai Argentino no es tarea fácil, sin embargo hay una ventaja, es una práctica que no lleva muchos años de vida. Muy diferente sería en algún país oriental, como ser China por dar un ejemplo, dónde se puede afirmar que la tradición del cultivo de árboles en bandeja lleva no menos de 1200 años.

Resulta que en esa historia joven pero intensa del arte del Bonsai en nuestro país, aparece una figura femenina que logró ir más allá de su personalidad y entender una realidad ineludible para todos los mortales (en algún momento deberemos partir de este mundo).

Quienes pueden transmitir una práctica como el Bonsai desde esta perspectiva pueden ser considerados maestros, porque entienden algo que es una ley inexorable, los Bonsai deben trascender al bonsaista que los realizó.

Marcelina Serrot de Kuttnig es el nombre de esa mujer que supo trascender y ser la primer maestra de Bonsai en Argentina. Y desde Bonsai Pampeano ya era hora de hacer un reconocimiento a su figura.


Quienes han podido estar cerca de ella, coinciden acerca de su pasión por esta práctica, lo que seguramente la llevó con el paso de los años a sentir la necesidad de transmitirla a otras personas, como lo hizo con ella su maestro, un médico, botánico y veterinario japonés que se llamaba Katsusaburo Miyamoto.

Aquí es donde empieza la relación de aquella señorita Marcelina Serrot con los Bonsai, una relación que la llevaría a transformarse en la primera difusora del Bonsai Argentino. Seguramente con aciertos y errores, con virtudes y defectos, pero con pasión y amor a sus pequeños árboles.

Con una personalidad "bohemia" Marcelina logró llegar a esa trascendencia de su figura, a través de sus aprendices y discípulos. Así la describen hoy en día algunos de estos bonsaistas que estuvieron a su lado. Estos apasionados entusiastas de los inicios del Bonsai Nacional, son quienes van a dar forma a esta especie de nota-homenaje a su mentora Marcelina, quienes brindaron su testimonio desinteresadamente a este blog y a quienes va un inmenso agradecimiento por permitir rescatar del olvido algunos datos, anécdotas y recuerdos, de manera de poder darlos a conocer a quienes hoy siguen escribiendo las páginas de la historia del Bonsai en nuestro país.

Un apartado merece el término "bohemia" que significa lo siguiente: estilo de vida que se aparta de las convenciones sociales y que privilegia el arte y la cultura por sobre las cosas materiales. Por extensión, una persona bohemia es aquella que lleva este tipo de vida. Con frecuencia se llama bohemio a alguien excéntrico, rebelde, que no se ajusta a las reglas.

La personalidad de Marcelina se ajusta a esta definición, así lo recalca uno de sus discípulos y amigo personal, que la acompañó en los últimos 7 años de su vida.

 Marcelina nació en el año 1911 ,según información brindada gentilmente por Sergio Luciani en un artículo escrito junto a Marita Gurruchaga en el año 2010. Se casó en segundas nupcias con el coronel del Ejército Günter Kuttnig, del cual quedó viuda .

Datos muy concretos sobre la historia de Marcelina fueron dados a conocer por el Ing. Agrónomo Santiago Ghedini en su libro (gran contribución al Bonsai en Argentina)  "Bonsai Criollo", donde describe información brindada por su primer maestro, el Dr.Aguirre, también discípulo de nuestra homenajeada. En las páginas de este importante libro ,se puede leer lo siguiente: "...Marcelina da sus primeros pasos en el Bonsai a los veinte años con árboles autóctonos, a partir de semillas de Chañar, Palo Borracho y Ombúes. Hacia 1940 se dedica al dictado de cursos a sus amigos y conocidos, además dicta conferencias en distintas escuelas sin dejar de estudiar y practicar todos los secretos de este antiguo arte formando una gran colección que alcanzó a contar con miles de ejemplares. Desde Rosario se traslada a Buenos Aires donde comienza a dictar cursos de Bonsai y a formar parte de exposiciones en importantes Asociaciones y tiendas comerciales de renombre, como por ejemplo Harrods


. Siendo por muchos años activa divulgadora del Arte del Bonsai no solo de nuestro país , sino también en países vecinos como Uruguay". Acá ya se nota la proyección internacional que empezaba a adquirir Marcelina...
Al respecto, describe Ghedini que en el año 1977 Marcelina funda y preside la primera asociación de Bonsai de nuestro país, que se llamó "Asociación Argentina de Bonsai" lo que le permite recorrer el mundo entero asistiendo como invitada a la Convención de Miami Beach y a las Convenciones internacionales  de  Osaka (Japón) en los años 1980, 1982, 1983,1985 y 1986. También se hizo presente en Atlantic City, Los Angeles, Hawai, Nueva York, Washington y Valencia.


Ya en 1991 la "Asociación Argentina de Bonsai" logra su personería jurídica y cambia su nombre por el de"Asociación Argentina de Bonsai Marcelina Serrot de Kuttnig" como consecuencia a su meritoria labor.


 Además de esta información ya publicada  en Bonsai Criollo ,se pueden agregar algunos datos más. Marcelina fue docente y profesora en letras. Las clases de Bonsai con Marcelina eran teórico-prácticas en su casa, durante los días de semana. Los Domingos con ayuda de alguno de sus aprendices, trabajaba sus propios bonsai. El sustrato que usaba era a base de tierra, arena, resaca y perlita.  Tenía una colección de ejemplares únicos, organizaba exposiciones para que cada alumno expusiera sus trabajos. En sus viajes a Japón visitaba la zona de Omiya, en Saitama; lugar más conocido como "La Villa del Bonsai" ( Bonsai Village )**.

Otros datos que se pueden agregar vienen de la mano Mónica Casado*** que nos comenta lo siguiente: "No conocí a Marcelina en persona. Accidentalmente me encontré en una exposición de bonsai, donde adquirí dos ejemplares, los numeros. 3 ( de Febrero de 1996 – Año 1 ) y 4 ( sin fecha – Año 1 ), de la Revista Sólo Bonsai, publicación de la Asociación Argentina de Bonsai, por ella fundada. En la página 1 del nro. 3, el Sr. Horacio Miranda (Director del Staff de la revista y, aparentemente Presidente de tal Asociación) , comenta lo siguiente: “luego de casi dos años de inactividad motivada por la enfermedad y posterior  fallecimiento de la fundadora y Presidenta, un núcleo de socios reunidos en Asamblea el 10/12/94, resolvieron continuar la labor emprendida en 1977 por “Doña Marcelina”,editar una revista cuyo primer número vió la luz en el mes de Junio con el nombre de Sólo Bonsai.”( Nota : se supone de 1995 ya que la revista es de febrero de 1996 ).



En la otra revista, el número 4, en una nota de la página 10, Carlos Nemerowsky hace un comentario sobre sus propios cipreses cultivados todos desde semilla ,aclara ,“sin olvidar un ejemplar que le obsequió Marcelina Serrot en 1988”. Y en la página central de este mismo número 4, se publica una foto con dos ejemplares, de los cuales uno parece ser un ombú y el otro posiblemente una conífera, que reza: “1981. Asoc. Arg. De Bonsai. Marcelina Serrot de Kuttnig“



.Una de las personas que pisaron las terrazas de la casa de Marcelina de la calle Quirno 644 A en el barrio porteño de Flores, ha sido ,entre otros, el maestro Damián Carlini. Muy gentilmente, Damián comenta que allá por el año 1986, ella tenía esas terrazas llenas de bonsais de todos los tamaños..Y asegura que Marcelina fué la única persona a quien el Dr. Miyamoto enseñó la práctica del Bonsai. Algo que corrobora también una nota periodística de aquellos años. Otro dato interesante que aporta Carlini es que Marcelina también llegó a participar de un congreso Europeo de Bonsai con Paul Lesniewicz.



 

Tenía Marcelina un buen nivel económico, lo cuál facilitó mucho sus contactos a nivel internacional y le permitió también adquirir bonsais importados desde Japón mismo. Por ejemplo unos 3 o 4 Goyomatsu o pinos blancos (Pinus parviflora), un clásico entre los pinos japoneses, junto a otras especies. Se puede, con estos datos, dimensionar la figura de Marcelina, lo que la colocaba en una posición única como referente pública indiscutida del Bonsai Argentino por aquellos años 80...

En especial, una referente desde el punto de vista de la difusión y transmisión de una práctica oriental , cuyos conocimientos prácticamente no existían en estas lejanas tierras argentinas, de no ser, claro está, por ciertos inmigrantes japoneses. El Dr. Katsusaburo Miyamoto, Sadao Kawaguchi y Toshio Chinen son algunos ejemplos. Este último, más conocido como "Hirata", sin duda alguna ha sido un pionero del Bonsai Nacional, pero se dedicaba a la producción de bonsais. Algunos de estos ejemplares aún hoy en día siguen siendo de los más importantes  y destacados en nuestro país. 

No han faltado en aquellos tiempos ciertos comentarios acerca de una supuesta rivalidad entre Marcelina e Hirata, que no existía en los hechos, porque sus trayectorias iban por senderos diferentes. Marcelina era una maestra que difundía y transmitía la práctica del Bonsai pero no era productora como Hirata. Existe una linda anécdota al respecto, un discípulo muy cercano a Marcelina que también era amigo de Hirata logra en una oportunidad que se puedan reunir, llevando a Marcelina de visita con Hirata, uniendo así a dos grandes figuras, disipando cualquier tipo de diferencias.

Otras anécdotas dan cuenta que Marcelina era amiga del mismísimo John Yoshio Naka ,para muchos el maestro precursor del Bonsai en el continente americano. Sus libros llamados "Técnicas del Bonsai", son como biblias aún hoy para instruir a quienes desean iniciarse en la vía del Bonsai. Desde ya, esos libros de Naka eran la base teórica que tenía Marcelina para enseñar una vez por semana a sus aprendices y por supuesto sumado a los conocimientos de su maestro Miyamoto. 

En la foto se aprecia uno de los ejemplares de John Naka autografiado de puño y letra por él mismo. El libro fué traído por Marcelina a uno de sus aprendices, fruto de uno de los varios viajes de visita a la casa del sensei en California.  


Una gran amiga de este Blog que pudo asistir a cursos de Marcelina, la Sra.Cristina Carranza*** nos                comenta lo siguiente: Conocí a Marcelina en una exposición de jardinería en la Rural, una señora amorosa y muy empeñada en dar a conocer su arte, repartía volantes de los cursos que daba en su casa de la calle Quirno. La he vuelto a ver en exposiciones de Fericota , siempre repartiendo volantes. Yo siempre con la idea de ir y no me decidía, hasta que en el año 1985 nos animamos con una amiga. Comenzamos justo un día de la primavera en el cual, Marcelina hizo una transformación de un Abeto de vivero. En una hora y media quedó un bonsai espectacular, alambrado y en su maceta adecuada. Por supuesto quedamos enloquecidas. Siempre admiré su sabiduría, daba todos sus conocimientos con mucha tranquilidad. Solía contar que  había aprendido todo lo que sabía del Dr. Miyamoto en Rosario, que era donde ella vivía de chica. La secundaba  su soldado fiel Leontina, quien la ayudaba y supervisaba en todo.

Marcelina nos mostraba todos sus bonsai que tenía en dos grandes terrazas y contaba la historia de cada uno.

  Tenía unos mame bonsai deliciosos , una Gorrita de Vasco 
(Farfugium japonicum) en un dedal, algunos pequeños Iris que florecían, etc.Recuerdo una anécdota de uno de sus viajes a Japón, en que traía piedras para Suiseki (no se si en realidad en esto también fué pionera en Argentina), como las famosas piedras crisantemum. Al llegar a Ezeiza, toma un taxi, llega a su casa y al bajar las valijas, el chofer le dice: " Ayy señora!..¿que trae,...piedras?". Y Marcelina le responde: "que sí...". Terminaron riendo pero el chofer quedo asombrado.

Ella siempre nos decía: "aprovechenme porque ya soy grande y no sé cuanto más voy a estar enseñando...". Sus últimos años los pasó en Rosario hasta que murió en el año 1993.

 De esta manera, en definitiva, Marcelina Serrot ha quedado en las páginas de la historia del Bonsai en Argentina. Una historia que sigue llenándose de hermosos ejemplares, que sin dudas deben sorprender a muchos entusiastas de todo el mundo, en un momento donde las redes sociales comparten información al instante. En honor a Marcelina y a muchas otras figuras relevantes que hicieron su contribución en paciente silencio, se impone el deber de llevar al Bonsai Argentino al más alto grado de refinamiento, calidad y belleza posible. Para esto no hay otra que seguir difundiendo y preparando a más camadas de futuros artistas del Bonsai. Es una responsabilidad que tenemos quienes estamos involucrados en esta actividad.




Una flora autóctona argentina aún desconocida para tantos compatriotas con ejemplares que merecen ser mostrados al mundo en toda su esencia y magnitud. Algo que permite la práctica del Bonsai y que al mismo tiempo inspira las letras de este blog.






* Un especial agradecimiento para quienes brindaron a Bonsai Pampeano su ayuda en la creación de esta nota con datos, fotos, recortes y la mejor predisposición:  Cristina Carranza, Damián Carlini ,Sergio Luciani, Julio Vergara, Jorge Costosa, Tita y Rubén Pidoto Díaz y Mónica Casado entre otros. Muchísimas gracias por los valiosos aportes.

**http://bonsaipampeano.blogspot.com/p/la-villa-de-los-bonsai-en-omiya-japon.html?m=1

 *** Fotos por cortesía de Tita y Rubén Pidoto Díaz, Cristina Carranza y Mónica Casado.

viernes, 24 de julio de 2020

10 años de Bonsai Pampeano.

Tal vez se diga fácil, pero al ritmo que va la vida por estos tiempos, no es poco llegar a una década con un proyecto. Paradójicamente , diez años desde la perspectiva del Arte del Bonsai, es un abrir y cerrar de ojos. Y si no lo fuese...,¿ que se podría sentir al estar parado frente a un Bonsai de más de 500 años de antiguedad, como los que hay en Japón?.
De todos modos ,el tiempo es relativo, dicen los que saben.
Espinillo
Flores de Espinillo (ex Acacia caven)
 Afortunadamente, en este sendero, lo más importante es el iniciarse y de a poco ir desarrollando un proceso evolutivo personal, que vendrá dado de la relación entre el practicante y sus pequeños árboles. Sería como ir subiendo una montaña, desde el inicio del sendero  es una experiencia apasionante, a medida que uno progresa y avanza, va cambiando la perspectiva del paisaje. Lo mismo sucede con la práctica del Bonsai y muchas otras.
Así durante esta década, dentro del catálogo clásico de especies que se trabajan como Bonsai  en el mundo oriental, el concepto de paisaje nativo y las plantas que lo componen se ha ido abriendo paso en lo personal. Este proceso en particular se convierte en una tarea de investigación a ciegas, debido a que no hay casi nada de información previa con la gran mayoría de especies nativas que se podrían     tener en cuenta.
Carqueja (baccharis articulata)
Carqueja (baccharis articulata)
Particularmente en la provincia de Buenos Aires, su eco-región pampeana es la predominante y justamente, no se destaca  por tener una gran diversidad arbórea. Y si a esto le   sumamos el avance de las grandes ciudades y su complejo   agroindustrial, se llega a un punto en el que hasta cuesta mucho   encontrar árboles nativos intactos como para, mínimamente , poder   contemplar sus siluetas y tratar de reproducirlas en bandejas.

Siete Sangrias (cuphea fruticosa)
Siete Sangrías (Cuphea fruticosa)
Pero desde el 2010 hasta hoy en día, el panorama en cuanto a difusión y reproducción para la venta de árboles y plantas nativas, ha cambiado drásticamente. Cada vez más , se puede ver un creciente interés del público en general tanto por el mundo de las plantas nativas de cada región de Argentina, como también por el Arte del Bonsai. Sin dudas, las tecnologías de las redes sociales han promovido este cambio. Por ello es que Bonsai Pampeano se va haciendo un lugar en Facebook e Instagram, como para sumar un pequeño granito de arena en la difusión de estos dos enfoques unidos, por un lado las plantas nativas y por el otro la práctica del Bonsai.
El balance hasta ahora es muy positivo, las redes sociales permiten intercambiar experiencias con los colegas de otras provincias del país, inclusive de países vecinos, por eso de que las plantas no entienden de límites políticos. Entonces se puede avanzar y desarrollar mejores estilos y diseños, para lo cual es necesario ir a buscar dónde están los árboles nativos, tomar contacto con ellos, observarlos, fotografiarlos y comprender sus características. Lamentablemente, muchas veces, cuesta encontrar a esos viejos árboles en estado salvaje, por eso es fundamental el rol que cumplen las reservas naturales gubernamentales y privadas, donde a veces se pueden encontrar los últimos relictos de algunos ejemplares.
Uno de los roles interesantes que se desprenden del bonsai con plantas nativas, es que a veces, no se consigue material fácilmente, esto conlleva a tener que buscar métodos para reproducir las especies. A veces es una gran satisfacción lograr esquejar por ejemplo, endemismos que están en peligro de desaparecer.
Ombusillo en flor (Phitolacca tetramera)
El Ombusillo es un ejemplo de ésta problemática. De alguna manera, la práctica del "Bonsai nativo" se tiñe de un perfil naturalista, donde se cuida mucho no poner en riesgo la vida de la planta. Los restos de poda siempre pueden servir para intentar la reproducción y así poder sumar biodiversidad, aunque mas no sea en una pequeña maceta de algún balcón de la gran ciudad.
Cultivar bonsais nativos se disfruta por partida doble, es muy gratificante saber que para una porción del público que no tiene grandes espacios verdes en sus hogares, la práctica del Bonsai les brinda la posibilidad de estar en contacto con esos árboles, arbustos y hierbas que por un tema de espacio no pueden tener. Los árboles nativos esconden también, en muchos casos, un pasado ancestral al que se puede acceder provocando en cada bonsaista un arraigo con el lugar donde se vive. Un kusamono de una flechilla (stipa sp.) puede evocar una imagen de la infancia local, recuerdos de un pasado que nos pertenece.
Oxalis articulata
Oxalis articulata
También en estos años, descubrir el mundo de las plantas nativas no hubiese sido posible sin el aporte de varias figuras destacables que se vienen dedicando desde hace ya varias décadas a la investigación y difusión, inclusive desde dentro del ámbito del Bonsai nacional. Pasando por la primera bonsaista de nuestro país, la mundialmente reconocida Marcelina Serrot de Kuttnig, quien ya en los años setenta venía proclamando la defensa y protección de nuestra flora autóctona, hasta nuestros días con personalidades como Rita Urabayen y Cristina Carranza que además, en lo personal, son un soporte de consulta y ayuda permanente. Hablando de ayuda, fueron muchos los naturalistas y productores de plantas nativas que han colaborado con este espacio, por ejemplo: Alejandro Galup, Pato Castano de Ecoespacio Nativas y Gaston Rodriguez Tourón, para quienes va este agradecimiento muy especial.

Tala
Recordando este aniversario, Bonsai Pampeano renueva los deseos para las próximas décadas, de seguir el sendero del descubrimiento de nuevas especies, que se presten para su cultivo en bandejas mediante la práctica del Bonsai,  para contribuir desde esta perspectiva a la difusión y cultivo de las plantas nativas de la ecorregión pampeana y de otras regiones de nuestro gran territorio argentino.

domingo, 3 de abril de 2016

Entrevista con Cristina Urabayen

Durante esta experiencia de aprendizaje que vengo llevando adelante desde hace ya algunos años como bonsaista, que trata sobre las plantas nativas y su forma de cultivo dentro de la órbita del arte del Bonsai, es determinante descubrir a  quienes, desde hace ya mucho tiempo, vienen trabajando duro y casi en soledad, a veces, con el bonsai autóctono argentino.
Y este camino del bonsaista, me fué mostrando a grandes bonsaistas, pero sobre todo a grandes personas con las que , con el paso del tiempo, sigue floreciendo una bella relación.
De esta manera y gracias a que Cristina Urabayen me distingue con su amistad, es que llegamos a esta brillante oportunidad de dar a conocer algunas impresiones y enseñanzas de una de las pioneras, sin ninguna duda, del bonsai autóctono de nuestro país. Así que , sin mas, dejemos que sea Cristina quien siga adelante con estas líneas. Espero que disfruten de esta entrevista y que sea de gran aporte para quienes disfrutamos de nuestros hermosos árboles autóctonos.
Ella nos respondió a esta breve entrevista, de la siguiente manera:
¿Como se inició en el arte del Bonsai y qué representa en su vida?
Como suele suceder con cosas que luego se vuelven trascendentes en nuestra vida, mi relación con la práctica del bonsai tiene su origen en un hecho trivial, diría casi inconsciente. Levanté de la vereda un fruto de jacarandá ya semi abierto y,por pura curiosidad, cuando llegué a casa saqué las semillas. Planté una en un vasito, sin la menor esperanza de que algo saliera de allí. Sucedió lo que tenía que suceder. Apareció un bello plantín y yo, al tiempo que me maravillaba de “mi creación”, me preguntaba ¿y ahora qué hago con esto? Obviamente no podía cultivar un Jacarandá, tal como yo lo conocía, en mi pequeñísimo patio. Debo aclarar aquí que estos hechos sucedieron hace unos cuantos años, cuando la información  sobre este arte aún no se encontraba tan a mano. Tanto es así, que mis primeras “macetas de bonsai” fueron fuentes de cerámica para horno que mi esposo agujereaba cuidadosamente.

BREA
Por esos días otro hecho “casual” me lleva a una exposición de bonsai en el salón de una embajada. Allí recojo una revista de la asociación expositora donde encuentro una publicidad de cursos e imagino un destino para mi plantín. A partir de allí todo fue un permanente aprender, investigar, descubrir.La práctica del arte del bonsai me enseñó mucho más que el cultivo de un árbol en una maceta. Me hizo sentir la responsabilidad,(al hacer germinar una semilla o tomar una planta para cultivarla), ya que su vida dependerá en gran medida de mi atención. Me enseñó a ser paciente (para esperar sus nuevos brotes, sus ciclos estacionales) y, en sus altas y bajas, me mostró el devenir de los tiempos.

CEIBO

¿Cómo surge la idea de hacer bonsai con plantas autóctonas y para qué?
Tuve la suerte de poder viajar mucho por nuestro país y descubrir (con sorpresa a veces) nuestra riquísima flora.
Veía árboles maravillosos, que no veía en nuestras calles o parques, muchos de ellos ideales para cultivar en bonsai. Pero en ese entonces, los bonsaistas argentinos estaban aún muy aferrados a los estilos clásicos japoneses. Lo que no pensaban es que esos estilos fueron creados observando y respetando la naturaleza que los rodeaba.(No hace falta aclarar que no tenían visto, ni siquiera en un papiro, un Tala, un Espinillo ni mucho menos un Caldén).
Comencé entonces a difundir la idea de incluir autóctonos en el bonsai, pero era como nadar contra la corriente. Doné libros de flora nativa a las asociaciones, exponía mis bonsái de autóctonos cada vez que podía, y en ese tema estaba  cuando visitó nuestro país el gran maestro Masahiko Kimura, a quien tuve el privilegio de entrevistar.
La siguiente anécdota les dará una idea de lo que quiero transmitir: El auto recorría Av. del Libertador y el Maestro preguntó  absorto “qué árbol era ese” que flanqueaba varias cuadras de nuestro trayecto. Era el mes de noviembre, y el árbol que lo cautivó (y no conocía) era nuestro Jacarandá, florecido como sabe hacerlo y alfombrando el suelo como si la copa no le alcanzara. Creo que para sintetizar mi respuesta a su pregunta diría que la idea surgió simplemente porque las conocí, y para que muchos más las conozcan, las valoren y quieran  protegerlas.

OMBU
¿En su opinión, en qué nivel está la práctica del bonsai en la Argentina?
En occidente en general es un arte joven. En especial en Sudamérica difícilmente encontremos un bonsái que haya pasado por cuatro o cinco generaciones. Ese carácter que se percibe en un árbol que lleva 150 o 200 años en su cuenco, sólo se lo puede dar el tiempo. Sin embargo, creo que tenemos maestros que han adquirido y transmiten eficazmente técnicas muy depuradas, a la vez que la esencia y la filosofía del bonsai. La comprensión de esto último, más la inclusión de especies autóctonas, le dan al bonsái Argentino un carácter propio muy valioso. Creo que esto, lejos de desmerecer este maravilloso arte, lo enriquece y lo universaliza, como siempre sucede con las expresiones artísticas. Esto puede apreciarse en las exposiciones y en muchas colecciones privadas, donde cada vez se ven más árboles nativos

MATO

¿Qué le diría a una persona que piensa que la práctica del bonsai hace sufrir al árbol?
Lo que hace sufrir a cualquier ser vivo es el maltrato y el abandono.Las plantas no tienen voz, pero su forma de comunicarse es mediante su apariencia. A veces vemos árboles enormes cubiertos de plagas o enfermos.Plantasmarchitándose en macetas que ya no pueden contenerlas, donde las raíces no pueden encontrar alimento.Jardines abarrotados de plantas que, buscando la luz indispensable para su subsistencia, se estiran raquíticamente sin poder ramificar y aumentar así su posibilidad de nutrición y sanidad.O en los viveros, cuando son forzadas a florecer exageradamente o fuera de tiempo, agotando sus energías, a veces irremediablemente.En ocasiones compramos una hermosa planta para embellecer un rincón de nuestra casa cuyas condiciones no son las ideales para que ella se desarrolle, y no entendemos por qué se ve marchita y deslucida “si la cuidamos tanto”.
Quiero decir con esto que, con cualquier forma de cultivo que se practique se puede hacer sufrir a una planta.
Un árbol cultivado en bonsai, sin prácticas tortuosas, respetando su naturaleza y sus tiempos, nos muestra hojas brillantes, en ramas vigorosas. Florece y fructifica como cualquier planta bien cuidada. No es la forma de cultivo, sino el cuidado que le prodiguemos o no lo que hace sufrir o no a una planta. Y ella nos lo hace saber.

TABAQUILLO

¿Cuál sería el mensaje que le daría a los aficionados que recién empiezan en este camino del arte del bonsai?
Les diría que la primera “técnica” que deben aprender es la paciencia. El peor enemigo de un bonsaista es la ansiedad. Comenzar con más de una planta ayudará a respetar sus tiempos y a no estar constantemente pendiente de lo que sucede.
Que comiencen con las especies más tolerantes, (lo que comúnmente llamamos “árboles fáciles”) para que el fracaso no los desanime.
Que antes de comenzar con un árbol, es importante conocer la naturaleza y el origen de la especie que van a cultivar; no es lo mismo un árbol del desierto, de zonas áridas mediterráneas que uno cuyo hábitat natural son las regiones selváticas, donde la humedad ambiental es alta y constante. Como no es lo mismo un árbol de montaña con terrenos inclinados (muy drenados) que uno que crece en la llanura.
Y por último les diría que escuchen y aprovechen a los que llevan tiempo en esta práctica. Que disfruten y transiten el camino porque, aun cuando en algún momento decidan no dedicarse más a ello, la práctica del cultivo del bonsái los habrá enriquecido para siempre.

TABAQUILLO